18 de octubre de 2003: los pájaros de Bangkok dejaron de cantar. Las rosas de Alejandría se cerraron. El delantero centro se levantó como si nada. Biscuter dejó de ir a la Boquería. Manuel Vázquez Montalbán moría en Bangkok al pie del cañón, que es tanto como decir de un avión, viajando. En la cultura mediterránea no hay otra manera de estar con los muertos: los amigos se reúnen alrededor de la mesa, beben, comen (si es posible cosas que gustaran al muerto), cuentan detalles y anécdotas que vivieron en primera persona, se inventan cosillas, reconstruyen. Acaban recreando una figura que quizá no sea con exactitud aquello que fue en vida Manolo Vázquez Montalbán, pero que cumple con precisión el objetivo básico: MVM no ha muerto del todo. Seguimos leyendo sus obras. Seguimos recordando sus historias. Seguimos hablando, leyendo, comiendo, bebiendo, cocinando con él.
Ayer el Conuiuium de Slow Food que lleva su nombre, el de Barcelona, se reunió en el Matamala (km 0) con el conuiuium de Colli Superiori de Valdarno (Toscana), del que MVM fue socio durante unos años. Tomamos el embutido que más gustaba a MVM (finochiona o salame sbriciolona e Fegatello), que fue de largo lo más interesante de la cena: curado con muy poca sal, con hinojo y semillas de matalahúva, con carne de cerdo muy seleccionada, un poco de pan con tomate y un buen Chianti Riserva Campo del Monte 2008 (Az. Agricola Campo del Monte), me hizo recordar detalles de mis pocos momentos pasados con el muerto al que estábamos convocando para charlar con él y resucitarlo por unas horas. Los Spaghetti alla Checco (mucho menos picantes de lo que, en los buenos tiempos, le habrían gustado a MVM: Asesinato en el Comité Central), de buena factura, y unas excelentes costillas de cerdo con frutos secos y cítricos (Historias de fantasmas), completaron un menú que sólo pretendía una cosa: el reencuentro con Manolo a los diez años exactos de su muerte. Lo conseguimos. Salí pensando "desde los 15 años estoy contigo, desde que un profesor me hizo leer, ¡en la escuela! (bendito hombre), Informe sobre la Información, estoy contigo." Y no te voy a dejar. Siempre vas conmigo, cuando como, cuando paseo, cuando escribo, cuando cocino, cuando bebo. A veces paro y pienso "míralo con los ojos de Manolo". Y me divierto un montón. Seguimos, maestro.
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