"Si no et prens el temps de mirar, no aconseguiràs veure mai res" (pp.28-29), va dir l'Auggie al Paul. Va ser el consell que va fer que allò que semblava la mateixa fotografia repetida milers de vegades, cada dia a la mateixa hora i des del mateix lloc, es convertís en la llum sempre variant de cada moment de l'any, en el dia de la setmana amb activitats sempre diferents i en les persones que passaven, sempre les mateixes i sempre canviants. Ho he vist sempre com una lliçó per a l'observació de la naturalesa des del cor de Brooklyn.
dijous, 25 de desembre del 2025
diumenge, 21 de desembre del 2025
El sol en invierno
Hoy es el día en el que nuestros antepasados miraban a las estrellas y sabían que el ciclo anual del Sol llegaba a su fin y, claro, a un nuevo inicio. Hoy es el solsticio de invierno de 2025, el día en que el Sol demuestra de nuevo que "su presencia es grata al verano, al otoño, al invierno y, también, a la primavera" (Sol aestas, autumnus, hiems, Sol uer quoque gratum). Hoy es el día en que el Sol cumple con su cita diaria con las horas y los meses, con el año y con el siglo (Sol saeclum mensisque, dies Sol, annus et hora): con la medida del tiempo que siempre es el mismo y siempre es distinto.
El tiempo huye y vuelve, da con el año una vuelta entera y, silencioso, siempre está con nosotros. El Sol en invierno se concentra en un cielo bajo y brumoso y vive tanto en la naturaleza como en los hogares. Porque el invierno nos lleva cerca del fuego. Crece el frío en el exterior mientras el Sol y el calor se renuevan en el interior y en nuestros corazones. La gente y las cosas se mueven con mayor lentitud y transparencia y ellas nos permiten ver más y mejor, vivir con sentimientos intensos aunque discretos, más de invierno. Jose amasa su pan de Navidad pensando en los amigos y reviviendo el viejo ritual de celebración solsticial que ocurre durante las Saturnales. En ellas, cada cual tendía a vivir a su manera y a hacer las cosas según le apetecían, tal y como creo que las hace y vive Jose. Él, además, amasa su pan, lo adereza, lo especia, deja que fermente y lo cuece. Cada año, el solsticio de invierno llega también con el pan de Jose bajo el brazo. Cuando lo hace, miro al cielo y veo que el sol de invierno está casi en su punto más bajo. Es solsticio y la gente regala cosas en señal de buena voluntad, como diciendo: aunque no nos veamos, sigo pensando en ti y hago votos porque lo bueno se renueve cada año.
El pan de Jose es dulce e intenso, concentrado y sabroso. Sabe a amistad y a hogar. Las pasas y la fruta llevan el sol del verano en su corazón y nos lo recuerdan mientras saboreamos con concentración el inicio de una nueva vida durante el sol de invierno. Siempre me gusta acompañarlo con algún vino naturalmente dulce que tenga sus mismas cualidades: unas gotas de las cuatro estaciones del año en la copa. Eso es Vino del Volta 2024 de La Stoppa, la malvasía de candia aromática de Elena Pantaleoni y Giulio Armani, en Rivergaro (Piacenza). La malvasía, con el sol de verano en su interior, arruga su piel, se deshidrata y concentra sabores únicos con el sol del otoño, se prensa y la fermentación sucede de forma espontánea en barricas usadas de roble francés, hasta el invierno. 14,5%. Botella y algo de reposo. Poco porque ahora están vendiendo el 2024...El otoño vive también en este vino, con la memoria del humus y de la hojarasca en el suelo, con la humedad del bosque y la concentración de los primeros fríos en la madrugada, con las gotas lamiendo lentas la copa. El pan de Jose pedía un vino que recordara la acidez y las levaduras de la fermentación casi tanto como el sol de las pasas y el amor por la conservación concentrado en el albaricoque seco.
El pan y el vino nos recuerdan, cuando los comemos y bebemos en armonía como hoy, que cada estación nos regala sus frutos: sin primavera, flores y fecundación, nada existiría. Sin verano, las espigas no madurarían ni se convertirían en trigo. Sin calor de día y frío de noche en verano y en el primer otoño, las uvas no serían vendimiadas en sazón. Y sin invierno, frío y reposo absoluto, sol bajo, luz tamizada y lentitud en gestos y actitudes, la uva no sería pasa ni vino, el albaricoque no sería escarcha y el trigo no sería pan dulce.
Si no nos fijamos bien en el solsticio de invierno y en el detalle de este día de sol brumal, único hoy, si no lo disfrutamos y entendemos con todas las cosas buenas y mensajes positivos que nos trae, no entenderemos tampoco que el pan de Jose y el vino de Elena y Giulio son, además, el mejor indicio de que algo nuevo y bonito está a punto de empezar. ¡Feliz solsticio de invierno, feliz Navidad!
diumenge, 14 de desembre del 2025
Provisions Gresca
Paul Auster, El conte de Nadal de l'Auggie Wren
"Si no et prens el temps de mirar, no aconseguiràs veure mai res" (pp.28-29), va dir l'Auggie al Paul. Va ser el consell que v...
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Aquest és el primer post de la nova etapa del blog De uinis i em ve molt de gust dedicar-lo a dues persones que, amb les seves activitats, ...
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Escribo este texto el domingo 12 de mayo de 2019. No sé cuándo lo publicaré (al final, ha sido el 8 de diciembre de 2025, sic) pero quiero d...