Escribìa el otro dìa sobre cùpulas de Roma (Narcìs Comadira califica a la perfecciòn a Roma como "la ciudad de las cùpulas) y me dejé adrede la màs importante para mì, la màs impresionante, la màs perfecta, la màs antigua: la cùpula que corona el llamado Pantheon de M. Agripa (a la derecha, en una bella foto BY Virgina G). Olvidaos del edificio, olvidaos de la iglesia de Santa Maria ad martyres que ahora lo ocupa, olvidaos de las puertas de bronce, olvidaos incluso de la tumba de Rafael (de la que hablaré otro dìa). Olvidaos de la gente (casi siempre japonesa o americana) que marea y que todo lo ocupa. Entrad, poneos en el centro y mirad hacia arriba: veréis algo cercano a la perfecciòn. Un templo para todos los dioses, mandado construir por el hombre màs poderoso del tiempo de Augusto (tras él, claro), es coronado por una cùpula con un agujero cenital de 9 metros de diàmetro, que ofrece la ùnica luz al conjunto. No hay màs. Se me antoja la cùpula como el vientre que todo lo contiene, que todo lo abraza y su ojo como aquello que te comunica con el mundo, con la naturaleza: si tenéis suerte y conseguìs estar en el edificio un dìa de lluvia o de nieve (no es tan rara en la Roma invernal), sabréis por qué lo digo. Me sobrecoge, me emociona, me altera y es mi lugar preferido en Roma. Pagarìa por poder estar en él algùn dìa en soledad.Pero no sòlo de cùpulas vive el hombre...
Bastante cerca del Pantheon de M. Agripa se encuentra uno de los restaurantes de moda en Roma, estos ùltimos tiempos. Se trata de Maccheroni, en la Pzza. delle Coppelle, 44. Voy con una cierta frecuencia porque no es muy caro y tiene un estilo bastante romano, desenfadado. Ademàs, me gusta porque su cocina (si tienes la suerte de coger una mesa en el pianterreno) està a la vista y a mì me encanta ver còmo trabajan los profesionales. Otra de las marcas de identidad de la cocina romana es la pasta (sobre todo bucatini, aunque también rigatoni, etc. (en la foto, BY Kochtopf) all'amatriciana, que como casi todas las cosas buenas no tiene secretos: una buena carne magra de cerdo, un sofrito de cebolla, sugo di pomodoro, un poquito de grana (si puede ser romana, mejor) y (al gusto no de todos), un mìnimo de pimienta. Amatrice es un pueblo que està en los confines entre el Lacio y los Abruzzi y se enorgullece del origen de esta receta. Roma se la ha apropiado y la convertido en una de sus marcas de identidad gastronòmicas, pero es una receta de pastores, de gente humilde, muy popular (exactamente como la carbonara) y que se encuentra en todas partes. Maccheroni es uno de los buenos sitios romanos donde comerla. (www.ristorantemaccheroni.com).
Bastante cerca del Pantheon de M. Agripa se encuentra uno de los restaurantes de moda en Roma, estos ùltimos tiempos. Se trata de Maccheroni, en la Pzza. delle Coppelle, 44. Voy con una cierta frecuencia porque no es muy caro y tiene un estilo bastante romano, desenfadado. Ademàs, me gusta porque su cocina (si tienes la suerte de coger una mesa en el pianterreno) està a la vista y a mì me encanta ver còmo trabajan los profesionales. Otra de las marcas de identidad de la cocina romana es la pasta (sobre todo bucatini, aunque también rigatoni, etc. (en la foto, BY Kochtopf) all'amatriciana, que como casi todas las cosas buenas no tiene secretos: una buena carne magra de cerdo, un sofrito de cebolla, sugo di pomodoro, un poquito de grana (si puede ser romana, mejor) y (al gusto no de todos), un mìnimo de pimienta. Amatrice es un pueblo que està en los confines entre el Lacio y los Abruzzi y se enorgullece del origen de esta receta. Roma se la ha apropiado y la convertido en una de sus marcas de identidad gastronòmicas, pero es una receta de pastores, de gente humilde, muy popular (exactamente como la carbonara) y que se encuentra en todas partes. Maccheroni es uno de los buenos sitios romanos donde comerla. (www.ristorantemaccheroni.com).
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