No me atrevo a mostraros una foto de còmo han quedado mi cabeza, mis dientes y mi lengua tras las cuatro sesiones de hoy, con màs de 60 muestras de Barbera entre el 2001 y el 2005 (mayoritariamente, y todas ellas con màs del 85% de barbera en botella) . Pero la sensaciòn ha sido la misma que la del dibujo: la cabeza pequenyita, pequenyita, mìnima vaya, y la lengua y los dientes absolutamente tenyidos de materia colorante del vino. Impresionante: mi colega de grupo, Metcalfe (qué tipo tan interesante: pronto os hablaré de su ùltimo e impresionante libro, todavìa caliente, sobre Portugal, sus vinos, sus posadas, sus comidas), iba ensenyando orgulloso su lengua!!!
Ha sido una primera toma de contacto con los concursos profesionales muy satisfactoria: los profesionales que lo han montado lo hacen de maravilla, no ha habido el màs mìnimo fallo, màs allà de alguna botella cuyo contenido salìa defectuoso y que es cambiada de inmediato. Ademàs, estàn muy receptivos a todos los comentarios para la mejora de pòximas ediciones: chapeau a esa actitud. El ùnico problema ha sido, en mi caso, la predisposiciòn casi negativa de cabeza y cuerpo a degustar en plenitud por la tarde, tras una comida (por cierto muy bien pensada y poco pesada).
Sin duda, el otro gran protagonista de este primer dia, ademàs del Barbera, han sido los agnolotti all'Alessandrina, el plato estrella de la ciudad. Tanto les gusta, tanto lo aman que nos lo han puesto ayer para cenar y hoy para comer (sic!!!):a ver qué cae esta noche para cenar!!! Es una delicia: el agnolotto relleno de carne rustida y el sugo, como si acabara de dejar huérfano a un buen estofado de carne. Un poco de parma rallado al instante por encima, y a gozar. Casi saben conmo los canelones de Navidad, con ese aroma de hogar, ese punto de rustido, esa punta de trufa en su interior...Uno de los monumentos de la ciudad y de la provincia, vaya.
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